Encuentros

Tarde 1 del Encuentro Edu+NV

16:10 ¡Aquí estamos otra vez!

Un camino, nuevos pasos, esta tarde.

Comenzamos el espacio de intercambio de experiencias de la tarde, en la que uno de los compartientes previsto no está presente por enfermedad.

Yolanda Juarros nos comparte los recursos de educarueda.org, elaborados por ella para sus tutorías de 1º de ESO, pero trabajados desde 5º de primaria hasta bachillerato. Nos comparte también una forma de trabajar en clase llamando a la autonomía y la desobediencia. La base es conseguir la coherencia en el grupo. A partir de ahí, con distensión, juegos de rol y diálogo, se pueden trabajar muchos temas candentes de nuestro mundo. De esta manera nos comparte 32 sesiones, cada una con 3 o 4 dinámicas, entorno a valores para todo un curso: https://educarueca.org/spip.php?article460

Yolanda y Luna nos presentan el proyecto “Espacio de la Escucha” en el Colegio de las Escolapias de Carabanchel (Madrid). Una profesora y una orientadora, ante los numerosos problemas de salud mental, como la ansiedad, que descubrían, potenciados por la COVID-19, comenzaron a ofertar una hora adicional (no retribuida) para escuchar a los alumnos. La experiencia de educación sistémica y terapia de grupos de estas docentes les ha ayudado a desarrollar el proyecto, que posteriormente han redactado.

Los facilitadores generan espacio de escucha, cada 15 días, pero también los propios asistentes. Al lanzarlo se genera la reflexión y muchos se dan cuenta de su necesidad. Estamos en una sociedad que habitualmente no escucha ni promueve la toma de conciencia y la verbalización de las realidades interiores. Hay 10 alumnos participantes, 9 mujeres.

El grupo se ofrece inicialmente con un grupo de plazas, y, una vez comenzado, es cerrado. A los participantes se les pide fidelidad (asistencia), secreto (no comentar fuera de la hora ni siquiera con los miembros del grupo) y consentimiento paterno.
Las reuniones funcionan prácticamente solas, a partir del deseo de los participantes de hablar y escucharse. Los facilitadores -dos en esta experiencia- intentan moderar el uso de la palabra y también comparten (lo conveniente) y deben intervenir lo menos posible, reconociendo los límites y derivando, preguntando qué necesitas y qué te podamos dar nosotros aquí -¿qué puedo hacer por ti?- más que aconsejar: no te metas donde no sabes si vas a poder salir. En las reuniones iniciales puede facilitar partir de la pregunta: ¿Qué traes hoy? ó/y ¿Cómo estás?, lo cual se comparte con papelitos al centro. Entre todos se escoge de qué tema/papelito hablar. No es complicado: pones la oreja y en diez minutos el origen del problema ha salido a la luz.

El grupo, pese a no marcarse metas concretas, produce cambios sensibles. Para empezar, los participantes encuentran un espacio de apoyo, un grupo de confianza. Expresar el mundo interior les ayuda a organizarlo y comprenderlo, ganando distancia respecto de los problemas. Escuchar cultiva la empatía. El régimen de igualdad en que se participa lleva a que se respeten las normas y el carácter del grupo, tratando de aportar siempre en positivo y con compasión. Los que participan salen automáticamente de los cotilleos del resto del instituto. Se genera una dinámica positiva en el centro: «La convivencia mejora porque mejoran los cuidados.»
Para su puesta en práctica es clave encontrar personas afines y comunicarlo bien al claustro.

Leyre, Iris y Beatriz, de la Asociación Social Combativa, de Vallecas (Madrid), nos cuentan cómo nació su inquietud, contemplando la desatención de derechos de los menores no acompañados en centros públicos, sin formación y con pocas salidas laborales, padeciendo constante violencia institucional y el desprecio social desde el desconocimiento. Pensaron que el ocio también es un derecho, muy necesario para ellos. Dos de estos educadores comenzaron a ofrecerles gratuitamente lo que tenían: boxeo y muay thai, de gran gancho para los chavales. Su base es la presencia gratuita incondicional sin juicios. Con el deporte, dos veces a la semana, se genera el vínculo. A partir de aquí -explica Iris- la asociación va atendiendo otras necesidades que detectan: castellano (por alumnos de la Complutense practicando el aprendizaje-servicio), ocio, acompañamiento (médico, jurídico, etc.), podcast (para darles voz) y ropero. Hay socios nacionales de forma que la convivencia es más integradora. Cerca de 100 adolescentes participan en estas actividades.

Beatriz nos explica cómo el boxeo exige unos hábitos de vida, un orden para progresar. Genera autoestima y también autogestión, pues se expresa fuerza pero controlando los propios impulsos, dentro de un reglamento; somos combatientes y no peleadores. También requiere escucharse y escuchar cómo está el otro. Requiere disciplina, esfuerzo y tolerancia a la frustración, como toda persecución de una meta. Es una fuente de placer obtenido de forma constructiva y con referentes positivos. También es fuente de sentimiento de pertenencia y de colaboración entre jóvenes de edades muy diferentes (15-26), fuente de amistades espontáneas. Este encuentro entre personas diversas produce una sensibilización mutua y vecinal-comunitaria multiplicadora.

¡Comenzamos taller con Max y Cerve de Rebelión Extinción! (18:30 h)

Se dedican a la desobediencia civil llamando a los gobiernos a la acción contra el cambio climático. La inacción climática nos está llevando al colapso. Urge la desobediencia civil masiva constante. Ante el problema sistémico es legítimo desobedecer …soportando las posibles represiones.

Rebelión Extinción tiene equipo de arte, de fotografía, de redes sociales, de comunicación, de alto riesgo, cocina, cuidados,…

Luego preparamos una acción de resistencia civil noviolenta. En el simulacro un grupo de policías trata de desalojar a un grupo de activistas. Intercambiamos roles y luego comentamos.

El diálogo es vivísimo. Las preguntas y aportaciones son múltiples, desde muchos puntos de vista, resultando un momento muy enriquecedor que parece que no queremos que acabe.

El diálogo es vivísimo. Las preguntas y aportaciones son múltiples, desde muchos puntos de vista, resultando un momento muy enriquecedor que parece que no queremos que acabe. Destacamos la fuerza del cuidado mutuo en las acciones, que genera confianza y unidad, y la necesidad del trabajo interior para vencer el medio y no responder violentamente. El silencio y el humor nos parecen armas poderosísimas en la resistencia civil noviolenta.

Lo que hagamos tiene que se coherente con lo que queremos conseguir, teniendo en cuenta también el mensaje o las emociones que podemos transmitir a los que contemplan la acción, en vivo o en los medios.

Rebelión Extinción es horizontal y trabaja intensamente con las RR.SS., principalmente en Instagram, cosa de la que creemos que hemos de aprender. Nos ofrecen talleres de resistencia civil y de otros temas en los tienen experiencia. Nos invitan también a sumarnos al movimiento o a sus acciones, en la medida en que lo deseemos, en los múltiples modos de participación.

Acabamos con un momento de retroalimentamentación, una ronda de sentires.

Acabamos con un momento de retroalimentamentación, una ronda de sentires. Resistir es volver a existir. Necesitamos más que nunca cambiar la situación, y podemos hacerlo sin violencia. Queremos tener presente de que queremos liberar también al que ejerce la violencia, y conocer su punto de vista. Tenemos siempre la poderosa herramienta de poner el cuerpo, con la tranquilidad de actuar desde el amor. ¡Adelante porque hace falta! Cuando acaba la esperanza, comienza la acción.

Son las 20:55. Vamos a descansar y cenar. Mañana trataremos de ver la relación entre acción y esperanza. Nos vamos a cenar antes de la velada musical con que cerraremos el día.

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